POR UNA FISCALIDAD
DE PROGRESO

Desde hace años, Cataluña vive en un callejón sin salida, en el que el constante incremento de la presión fiscal, muy por encima de la de otras economías comparables y con las que competimos en un mundo globalizado, perjudica la competitividad, resta oportunidades y dificulta la atracción de inversiones y talento.

La política fiscal define si un país quiere un sistema económico que haga posible avanzar hacia una sociedad más justa, más dinámica y más solidaria, generadora de riqueza y de puestos de trabajo. No es la mayor imposición fiscal, sino la estimulación del crecimiento la que nos asegura seguir progresando en la generación de bienestar y en la disminución de la desigualdad. La clave no está en pagar más, sino en generar más para incrementar el perímetro real de la recaudación.

Cataluña ha incrementado un 17 % su PIB en el periodo 2014-2018, gracias al carácter emprendedor de empresarios y ciudadanos que han apostado por la internacionalización y la innovación para afrontar la intensa crisis económica. Sin embargo, en el mismo periodo de tiempo, la recaudación fiscal ha aumentado un 48 %, muy por encima del crecimiento económico. En un contexto de insuficiente financiación autonómica, la Generalitat de Cataluña ha subido los impuestos y ha creado nuevos tributos inexistentes en otras economías de similar dimensión. La recaudación del impuesto sobre el patrimonio ha crecido un 21 %, la del impuesto sobre sucesiones un 41 % y la del impuesto sobre transmisiones patrimoniales (ITP) o actos jurídicos documentados hasta un 63 %. En definitiva, la fiscalidad de los catalanes es casi un 20 % superior a la del resto de los ciudadanos de España.

Además, el volumen de economía sumergida en España equivale al 25 % del PIB, lo que significa que regularizarla -al menos en 10 puntos- representaría un incremento de 40.000 millones

de euros anuales de ingresos. Es urgente elaborar un plan estratégico contra el fraude fiscal.

Asimismo, Cataluña es la comunidad autónoma con más tributos propios: hasta 18, frente a los 5 de media del resto de autonomías. Estos impuestos gravan los sectores más estratégicos de la economía catalana: alimentación, automoción, turismo y generación energética. La recaudación que generan representa un 3,2 % de los ingresos, solo 1 punto más que la recaudación por tributos propios de otras autonomías. Por lo tanto, es evidente que el volumen de ingresos nuevos que se recoge es desproporcionado respecto al esfuerzo fiscal que se pide a empresas y ciudadanos.

La alta presión fiscal proyecta una imagen de Cataluña disuasoria para la inversión y la retención de talento. Ante esta situación, la propuesta de presupuestos de la Generalitat, lejos de proponer un giro, promueve una fiscalidad que castiga a empresas y ciudadanos. El incremento del IRPF y el mantenimiento al alza de los impuestos sobre el patrimonio, las sucesiones y los actos jurídicos documentados son un claro ejemplo de que la vía elegida perjudica a Cataluña ante economías de un peso similar.

Desde Foment del Treball, queremos abrir un debate con todos los agentes sociales y económicos del país para trabajar a favor de una política fiscal de progreso. Lo hacemos con 12 propuestas para el crecimiento y la igualdad. Por una #FISCALIDADDEPROGRESO

Desde Foment, decimos BASTA DE NUEVOS Y MÁS IMPUESTOS y rechazamos la política fiscal del Gobierno de la Generalitat para este año, que continúa con el aumento desmedido de impuestos:

Incremento de la tasa turística

Subida del 25 % del impuesto sobre el azúcar

Aumento de la fiscalidad de los vehículos

Subida del IRPF y del impuesto sobre sucesiones entre padres e hijos

12 PROPUESTAS PARA UNA FISCALIDAD DE PROGRESO

1. Suprimir el impuesto sobre el patrimonio

Evitar la singularidad fiscal, ya que disuade de la actividad económica y la distorsiona.

2. Estimular el consumo

Bajar el IRPF, en todos los tramos.

3. Incentivar la ocupación

Reducir las cotizaciones sociales a cargo de los empleadores a medida que mejore la recaudación por el aumento de la ocupación.

4. Basta de impuestos nuevos

Revisar los impuestos de la Generalitat. Cataluña es la comunidad autónoma con más tributos propios: 18 en total.

5. Tenemos que pagar todos

Elaborar un plan estratégico a 4 años para reducir la economía sumergida en 10 puntos con relación al PIB y así recaudar 40.000 millones más cada año.

6. Ahorrar para la pensión

Recuperar los incentivos al ahorro a largo plazo, especialmente para los mayores de 52 años y las personas discapacitadas.

7. Fomentar una fiscalidad familiar justa

Reducir el tipo del impuesto sobre sucesiones y donaciones.

8. Favorecer la financiación de las empresas

Cambiar el impuesto sobre sociedades (25 %), estableciendo un tipo más reducido (15 %) para pymes y para los beneficios no distribuidos, eliminando el pago mínimo y manteniendo la deducción del 100 % per doble imposición.

9. Promover una vivienda más barata

Reducir el ITP y el AJD, además de la imposición por documentos notariales, obsoleta en un sistema fiscal moderno.

10. Atraer talento

Ampliar a 10 años el plazo para el tratamiento de no residentes y atraer talento del exterior.

11. Favorecer el IVA Solidario

Bajar el tipo de IVA reducido y superreducido de las actividades básicas.

12. No a la despoblación

Implantar un régimen fiscal económico que trate como zonas especiales los territorios menos poblados.

POR UNA #FISCALIDADDEPROGRESO

BASTA DE SUBIR IMPUESTOS EN CATALUÑA

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