La evolución del PIB durante los primeros meses del año no llegó a recoger los efectos sobre la actividad productiva del repunte de la incertidumbre en relación con el comercio internacional y la reconfiguración de las reglas comerciales, derivado a partir de los anuncios por parte de la administración de EE. UU. sobre la subida de aranceles a sus importaciones en el mes de abril.
En cambio, sí se ha reflejado en las previsiones de crecimiento en el corto y mediano plazo, con correcciones a la baja. El FMI redujo sus previsiones en 0,8 puntos acumulados en dos años, con una previsión de 2,8% para 2025 y de 3,0% para 2026. Con relación al comercio mundial, el FMI prevé un crecimiento de 1,7% en 2025 (1,5 puntos menos que en la anterior previsión) y de 2,5% en 2026 (0,8 puntos menos que en la anterior previsión).