- La FEGP presenta el Índice FEGP 2025 en Foment del Treball destacando los riesgos de estancamiento y la necesidad de nuevos impulsores para mantener la competitividad territorial de Cataluña en el contexto europeo y español
La Federación Empresarial del Gran Penedès (FEGP) ha presentado, como cada año, la edición 2025 del Índice FEGP de Competitividad y Sostenibilidad Comarcal en la sede de Foment del Treball, con la participación de la presidenta de la FEGP, Neus Lloveras; el director de Estudios y Economía de Foment, Salvador Guillermo, y el coautor del informe, David Moreno. El estudio analiza la posición de las 43 comarcas catalanas a partir de más de 50 indicadores agrupados en 10 dimensiones. La edición de este año incorpora un monográfico dedicado a la posición de Cataluña dentro del mapa competitivo regional de España y la Unión Europea, destacando fortalezas y vulnerabilidades clave del modelo catalán.
El índice confirma la estabilidad de las tres comarcas más competitivas —Barcelonès (76,6 puntos), Vallès Occidental y Baix Llobregat— pero muestra una tendencia general a la baja: solo 7 comarcas mejoran su índice respecto a 2023 (Garrigues, Moianès, Noguera, Pallars Sobirà, Berguedà, Ribera d’Ebre y Terra Alta), mientras que 36 registran descensos. La variación media interanual es de –1,1 puntos, reflejando un entorno de menor dinamismo económico, tensiones inflacionarias y ajustes en la actividad empresarial e institucional.
“El retroceso generalizado evidencia la fragilidad de algunas fortalezas aparentes. Si Cataluña quiere mantener su posición dentro de los sistemas regionales avanzados de Europa, hay que activar nuevos impulsores de transformación”, afirma David Moreno.
Cataluña en el contexto europeo
El capítulo monográfico de la edición 2025 analiza la posición de Cataluña dentro de los principales rankings regionales europeos y españoles, aportando una mirada comparativa estratégica. Según el Regional Competitiveness Index (RCI 2.0 – 2022), elaborado por la Comisión Europea, Cataluña obtiene una puntuación de 100,8 puntos, una cifra ligeramente superior a la media de la UE (100), que la sitúa dentro del grupo de regiones con competitividad media-alta, pero todavía lejos de los territorios líderes del norte y centro de Europa.
Los resultados muestran un buen posicionamiento en materias como infraestructuras, actividad económica y mercado laboral, pero también ponen de relieve limitaciones en cohesión territorial, calidad institucional e innovación social, que frenan el avance hacia un modelo más equilibrado y resiliente.
A escala estatal, el Índice de Competitividad Regional (ICREG 2024) coloca a Cataluña en cuarta posición, superada por Madrid, el País Vasco y Navarra. Aunque se mantiene entre las comunidades con más potencial, el dinamismo relativo ha disminuido en los últimos años, con indicadores que alertan de una cierta pérdida de impulso en relación con otros territorios del Estado.
El informe advierte que, si no se corrigen ciertos desequilibrios estructurales —como la brecha entre crecimiento demográfico y actividad económica, el desajuste entre oferta formativa y demanda laboral, la falta de suelo para nuevas actividades, o las desigualdades territoriales en el acceso a servicios y oportunidades—, Cataluña puede quedar atrapada en una posición estancada en el ranking europeo.
Comarcas líderes y en posiciones de menor competitividad
Las primeras posiciones del ranking de competitividad se mantienen estables, pero los resultados apuntan a la necesidad de renovar estrategias y reforzar los fundamentos estructurales, incluso en los territorios mejor posicionados.
- El Barcelonès consolida el liderazgo comarcal con una estructura socioeconómica muy robusta, un alto capital humano y una gran concentración de actividad empresarial y servicios avanzados. Sin embargo, arrastra retos persistentes en materia de sostenibilidad ambiental, acceso a la vivienda y disponibilidad de suelo para nueva actividad económica.
- El Vallès Occidental, que mantiene la segunda posición, destaca por la potencia industrial, una buena dotación de infraestructuras y una base formativa consolidada. El leve descenso experimentado no compromete su posición, pero evidencia la necesidad de seguir apostando por la transformación tecnológica y la sostenibilidad.
- El Baix Llobregat, en tercera posición, continúa acortando distancias gracias al dinamismo emprendedor y a la creación sostenida de empleo, así como por su buena conexión con los principales centros de consumo y producción.
Comarcas como el Gironès o el Tarragonès, aunque ocupan lugares destacados del ranking, registran descensos relevantes, evidenciando que la competitividad no es una condición garantizada. El estancamiento o retroceso en dimensiones como el suelo disponible, el acceso a vivienda asequible o la cohesión territorial puede limitar el potencial de transformación, incluso en territorios con activos consolidados.
En el otro extremo del ranking, las comarcas con menor nivel de competitividad continúan siendo, en la mayoría de los casos, territorios rurales con poca masa crítica y dificultades estructurales históricas. Destacan a la cola l’Alta Ribagorça (43ª), la Terra Alta (42ª), el Pallars Jussà y las Garrigues, aunque algunas de estas —como las Garrigues, la Noguera o el Berguedà— registran mejoras en el índice y apuntan tímidas trayectorias de cambio.
Principales evoluciones del índice: quién sube y quién baja
La edición 2025 refleja una movilidad limitada, pero significativa, en algunos tramos del ranking. Solo 7 comarcas han mejorado posiciones respecto al año anterior: Garrigues, Moianès, Noguera, Pallars Sobirà, Ribera d’Ebre, Terra Alta y Berguedà. En la mayoría de los casos, el ascenso es modesto, pero simbólico en territorios que tradicionalmente han ocupado posiciones bajas.
Entre estas, destaca el Berguedà, que sube dos posiciones y se acerca a la franja media, o las Garrigues, que abandonan la última posición por primera vez en varias ediciones. También la Noguera y el Pallars Sobirà mejoran ligeramente, aunque siguen en la parte baja del ranking.
En cambio, comarcas como l’Alta Ribagorça (que cae a la 43ª posición), el Priorat, la Garrotxa, el Baix Camp, el Ripollès o la Segarra experimentan descensos en el ranking, a menudo por pérdidas de posición en indicadores de mercado, capital humano o dinamismo económico.
Este conjunto de movimientos confirma que, si bien las primeras posiciones son difíciles de disputar, las franjas medias y bajas del ranking siguen siendo sensibles a pequeños cambios acumulados. Esto refuerza la importancia de las estrategias de desarrollo territorial sostenidas en el tiempo, especialmente en las comarcas más vulnerables.
El Índice FEGP como herramienta para la planificación
Con más de 20 ediciones, el Índice FEGP se ha convertido en un instrumento clave para el seguimiento de las trayectorias comarcales. Su enfoque combina lectura estratégica, comparativa y enfoque sostenible, con el objetivo de ayudar a los actores públicos y privados a orientar mejor sus decisiones.
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