- El crecimiento se asienta principalmente en la creación de empleo, más que en la productividad
- Se requieren reformas estructurales que mejoren la asignación de recursos y, por ende, de la productividad
- Pronto llegarán las reducciones de tipos de interés, aunque serán más pausadas en intensidad y en su despliegue temporal
- El muy bajo crecimiento de la economía europea se refleja en la caída de las exportaciones de bienes en un 9% en el primer trimestre de 2024
La economía española registra un destacado comportamiento al inicio del año, con una evolución muy positiva del PIB y un mercado laboral resiliente, tal y como apunta el Informe de Coyuntura Económica de Foment del Treball publicado hoy. Ello, en un contexto de crecimiento de la economía europea muy débil que se ve, por ejemplo, en la contracción de las exportaciones de bienes en el primer trimestre del año que dependen, en gran medida, de este mercado.
La economía mantuvo una tasa de crecimiento del 0,7% trimestral gracias al impulso del consumo privado, el sector exterior en servicios y el crecimiento de la inversión. Destaca además el fuerte incremento del ahorro como consecuencia del crecimiento de las rentas y el empleo, que en términos de afiliación se encuentra en niveles récord tanto en España como en Cataluña.
El crecimiento económico en los últimos años se produjo en base al aumento del empleo, y en menor medida por un incremento del capital, que ha sido suave en el contexto de la crisis del Covid y de la guerra en Ucrania, la elevación de los tipos de interés y un crecimiento negativo o testimonial de la productividad total de los factores, que sigue siendo el caballo de batalla para la mejora de la competitividad de nuestra economía y para la mejora de la renta per cápita que apenas ha variado desde 2019.
Se señala la necesidad de llevar a cabo reformas estructurales que mejoren la eficiencia del sistema productivo e institucional, en un contexto de cambio disruptivo derivado del proceso de digitalización de la economía, que se refuerza con las grandes potencialidades que ofrece la inteligencia artificial. En este sentido, hay que remarcar la fortaleza que la productividad confiere al crecimiento en EE. UU. estando su economía en pleno empleo y una pobre evolución del crecimiento en Europa, especialmente en 2023 y 2024, con un factor explicativo en su baja productividad. Por ello, medidas como la reducción de la jornada laboral de carácter normativo, que no negociado, pueden empeorar este menor nivel de la productividad laboral que supondría aumentos de los costes laborales unitarios en el caso español.
Adicionalmente, en los últimos años la inversión, la formación bruta de capital, no ha mostrado dinamismo, por lo que la capacidad de inversión productiva está en niveles de crecimiento bajo, a pesar de que se está inyectando los fondos NGEU que deberían usarse más intensamente y más orientados a través de la economía verde y digitalizada y, por lo tanto, también a mejorar la productividad.
Se observa un crecimiento más sostenido para 2024 y 2025, a diferencia de los años previos, con una economía que mostró importantes inestabilidades asociadas a los factores externos como fue la pandemia y los años de conflicto bélico en Europa. Se señala, como indican los organismos internacionales, que nos encontramos ante una economía que coge velocidad de crucero con un crecimiento sostenido en torno al 2%, y que incluso en algún caso, como en la más reciente previsión del FMI, se aproxima al 2,4% para el 2024.
En cuanto a los precios, el IPC, en España y Cataluña se mantiene ligeramente por encima del 3%, principalmente por la eliminación de las medidas fiscales para contener el fuerte incremento de los precios del año pasado.
Se espera que este año se produzcan las primeras bajadas de los tipos de interés de referencia por parte del BCE y la Fed, aunque no necesariamente acompasados, ya que las bajadas de la autoridad monetaria europea han comenzado en junio con lo que se produciría una divergencia temporal en el proceso de reducción de tipos en Europa y EE. UU. aunque esta reducción se hará de forma prudente en su intensidad y ritmo. En este sentido, “el Consejo de Gobierno ha decidido bajar los tres tipos de interés oficiales del BCE en 25 puntos básicos. Sobre la base de una evaluación actualizada de las perspectivas de inflación, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria es apropiado moderar ahora el grado de restricción de la política monetaria…”. Se trata de la primera bajada de tipos desde que comenzara el último ciclo alcista en julio de 2022 y que dio a conocer en su reunión del 6 de julio.
Cabe señalar que se observa una mayor contención del déficit público por la retirada de ayudas públicas, aunque el coste de la deuda será algo más elevado.
A pesar de tener un nivel de endeudamiento público elevado y un nivel de déficit público que cerró el 2023 en el 3,6% del PIB y con un crecimiento económico sostenido, se confirma esta confianza en la suave reducción de la prima de riesgo que actualmente ya se sitúa en los niveles previos al inicio de la guerra de Ucrania. Hay que señalar que Portugal, por ejemplo, también ha mostrado una mayor reducción de su prima de riesgo, que antes estaba por encima de la que tenía España y ahora se sitúa por debajo.
Sin olvidar que se mantiene elevado el grado de incertidumbre en cuanto al contexto internacional en el que continúan los conflictos bélicos y la guerra arancelaria entre EE. UU. y China en ámbitos de materias primas críticas, semiconductores o coches eléctricos.
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