bonÀrea ha construido un modelo empresarial único que une territorio, eficiencia y sostenibilidad bajo una visión de integración total del campo a la mesa. Bajo la dirección de Jaume Alsina Cornellana, protagonista de esta entrevista, el grupo consolida su liderazgo como referente agroalimentario nacional, con un ambicioso plan de expansión que combina tecnología, innovación y compromiso social. Con raíces cooperativas y un propósito profundamente rural, bonÀrea continúa demostrando que crecimiento y proximidad pueden avanzar de la mano, impulsando desarrollo, empleo y sostenibilidad en todo su ecosistema productivo.
bonÀrea tiene un origen cooperativo muy destacado dentro del sector. Mirando vuestra trayectoria desde el ámbito rural hasta el liderazgo actual, ¿cuáles diría que han sido los hitos más decisivos de esa transformación?
Nuestra trayectoria arranca en 1959, cuando nuestro fundador Jaume Alsina Calvet, mi padre, creó la compañía con el objetivo de generar oportunidades de bienestar y progreso en la Segarra, un entorno rural amenazado en ese momento por la despoblación.
Nuestro hito más decisivo es, sin duda, la adopción y consolidación de nuestro modelo de integración vertical completa, un enfoque pionero que nos permitió pasar a controlar toda la cadena, desde la alimentación animal hasta la venta directa al consumidor. La apertura de nuestra primera tienda, en 1995, ha sido uno de nuestros mayores hitos y el que nos permitió cerrar completamente la cadena de valor, conectándonos directamente con el consumidor.
bonÀrea es obviamente un proyecto vivo que sigue expandiéndose. El desarrollo de nuestro nuevo Centro Alimentario de Épila (Aragón), que nos permitirá seguir creciendo en territorios como Madrid, la Comunidad Valenciana o el norte de España, es sin duda otro de los grandes hitos del grupo.
Uno de vuestros rasgos diferenciales es la integración vertical del campo a la mesa. ¿Qué ventajas competitivas os aporta este modelo y qué retos operativos supone mantenerlo a gran escala?
La integración vertical es la piedra angular de nuestro éxito y nos proporciona claras ventajas competitivas. Principalmente, nos garantiza una eficiencia en costes superior, al eliminar a los intermediarios y sus márgenes, al tiempo que reduce todos los costes transaccionales. Todo ello se traduce directamente en precios más reducidos para el consumidor, conservando intacta la seguridad, la frescura y la calidad de nuestros productos. Nos da, también, un control total sobre la trazabilidad y la seguridad alimentaria, así como una gran flexibilidad para ajustar la producción a la demanda real de nuestras tiendas, minimizando el desperdicio alimentario y los impactos medioambientales.
Nuestro principal reto operativo a gran escala es la complejidad de la gestión. Mantener el control y la eficiencia en una cadena que incluye ganadería, energía, logística y más de 600 puntos de venta requiere una inversión constante en tecnología, automatización y una coordinación milimétrica entre todos los eslabones.
Actualmente superáis las 600 tiendas y seguís creciendo. ¿Dónde ve hoy las mayores oportunidades de expansión dentro de España? ¿Se centrarán en nuevas zonas geográficas, nuevos formatos o nuevas líneas de negocio?
La expansión es la prueba de que nuestra propuesta de valor ha calado en el consumidor. Hoy, las mayores oportunidades se concentran en seguir densificando nuestra presencia en las zonas donde ya somos conocidos y tenemos una red importante de tiendas, como Cataluña y Aragón, acercando nuestra oferta a más y más consumidores. Por otro lado, estamos aumentando también nuestra presencia en territorios donde ya estamos presentes, como Madrid, la Comunidad Valenciana y la ribera del Ebro.
Para 2025 han anunciado una inversión de 116 millones de euros. ¿Cuáles serán las prioridades de esta inversión (tienda, logística, tecnología, sostenibilidad…) y en qué plazos esperan materializarla?
Nuestras ambiciosas y sostenidas cifras de inversión se concentran en los tres pilares que fortalecen y singularizan nuestro modelo.
Por una parte, la expansión comercial: dedicando recursos a la adquisición y adecuación de nuevos establecimientos, lo que nos permite abrir sobre 20 nuevas tiendas y estar cada vez más cerca de nuestros clientes, además de ampliar y modernizar las instalaciones de una decena más de tiendas, ya existentes.
En paralelo, seguimos reforzando nuestro corazón operativo, nuestro centro alimentario de Guissona, mejorando nuestra eficiencia logística y productiva mediante mejoras continuas, a la vez que aceleramos el desarrollo del nuevo centro alimentario de Épila en Aragón.
También estamos invirtiendo en innovación y sostenibilidad a través de proyectos como RetornA, nuestro sistema circular de devolución de envases que, junto a otras mejoras en eficiencia energética y operativa, demuestra nuestro firme compromiso con un futuro más eficiente, sostenible y responsable.
La inflación de costes en materias primas, transporte o energía ha afectado a todo el sector. ¿Cómo gestiona bonÀrea este tipo de tensiones manteniendo precios competitivos y rentabilidad?
La presión sobre muchos de los costes es una realidad que hemos vivido con gran intensidad, sin embargo, nuestro modelo único de integración vertical nos permite mitigar su impacto sobre los pvp que ofrecemos a nuestros clientes. En la medida que controlamos toda la cadena de valor, desde el origen al final, podemos reducir la afectación sobre los consumidores. De hecho, en los momentos más duros de la inflación, nuestra decisión fue clara: sacrificar parte de nuestro margen para proteger el bolsillo de las familias y mantener nuestros precios competitivos. Además, invertimos constantemente en eficiencia energética para moderar nuestra dependencia de esos costes volátiles a largo plazo.
¿Qué innovaciones recientes destacaría en vuestra cadena productiva o en la distribución? ¿Están explorando nuevas tecnologías, automatización o nuevos formatos comerciales?
Estamos innovando constantemente, siempre buscando ser más eficientes, pero, sobre todo, a la vez más sostenibles. Un área de innovación que me entusiasma es el proyecto RetornA, que hemos puesto en marcha en fase piloto este mismo año. Se trata de un sistema pionero de depósito, devolución y retorno de envases para productos cárnicos. Hemos diseñado una bandeja especial, que el cliente devuelve tras consumir el producto, sin necesidad de lavarla, compensándole además económicamente por su gesto responsable. Es una innovación de economía circular real donde el cliente se convierte en un actor clave. RetornA nos permitirá reutilizar cada bandeja hasta 50 veces, reduciendo drásticamente el consumo de envases de plástico de un solo uso.
En sostenibilidad, ¿qué metas concretas se han marcado en materia de emisiones, eficiencia energética o reducción de residuos? ¿Cómo integran los criterios ESG en la toma de decisiones?
Para nosotros, la sostenibilidad es intrínseca a nuestro modelo. De algún modo, nuestro origen, en una comarca agrícola de severo secano, nos lleva de un modo natural a extremar el uso responsable y eficiente de unos recursos que, para nosotros, siempre han sido escasos.
Gracias a la integración vertical, hemos podido construir una auténtica economía circular interna, lo que nos permite ser mucho más eficientes en el uso de recursos y minimizar el impacto en cada fase. Por ejemplo, en la gestión de residuos, nuestra meta principal es la reducción y la reutilización: aquí destacamos el uso de la caja blanca en logística, que elimina residuos intermedios, o el programa RetornA, ya mencionado. Nos enorgullece compartir que nuestro centro alimentario de Guissona, aun con su gran complejidad, cuenta con la certificación “Residuo cero” de AENOR.
En tienda, nuestro ‘Punto Rojo’ sigue siendo fundamental para evitar el desperdicio alimentario. Integramos los criterios ESG en cada decisión, asegurando que cada inversión no solo busque la eficiencia económica, sino que también refuerce nuestro compromiso social con las comunidades rurales y el cuidado del medio ambiente.
bonÀrea siempre ha trabajado muy cerca de agricultores y ganaderos. ¿Qué papel juegan hoy dentro del modelo y cómo les ayudáis a mejorar productividad y sostenibilidad?
Con los años hemos construido una red única de colaboración con 4.500 agricultores y ganaderos, que son de hecho la base de nuestro proyecto, y cuyo bienestar y progreso son el centro del propósito de bonÀrea.
Nuestros socios agricultores y ganaderos son los proveedores de nuestro producto y la garantía de la trazabilidad que ofrecemos en nuestras elaboraciones. Desde bonÀrea les ayudamos a progresar, ofreciéndoles un mercado seguro y estable para sus producciones, lo que se traduce en tranquilidad y visión de futuro, favoreciendo la inversión para la modernización de sus explotaciones. Asimismo, los acompañamos con asesoramiento técnico y veterinario experto para conseguir la máxima eficiencia productiva y el mejor cumplimiento de los estándares de bienestar animal.
Esta cercanía nos permite, además, integrarlos en nuestro circuito de economía circular, apoyándolos para que sus prácticas sean cada vez más sostenibles y responsables con el medio ambiente, todo ello con nuestro sello “Directo del Campo”, certificado por AENOR.
Captar talento en entornos industriales o rurales no siempre es fácil. ¿Qué propuestas ofrece bonÀrea para atraer, formar y retener a su equipo humano? (formación, desarrollo, conciliación, bienestar…)
Sabemos que las personas y el talento son nuestro activo más valioso. Si bien es cierto que no resulta fácil, nos centramos en ofrecer un proyecto de vida atractivo. Recientemente, hemos abierto un Centro de Innovación en Lleida para atraer a los perfiles tecnológicos más jóvenes, ofreciéndoles un entorno dinámico y flexible. Lo más importante es que ofrecemos estabilidad y oportunidades reales de desarrollo profesional a través de nuestros extensos planes de carrera y una gran inversión en formación. Nuestra propuesta de valor es ofrecer un empleo estable, de calidad y con posibilidades reales de crecimiento profesional, todo ello en el marco de un entorno rural, lo que genera un gran sentido de pertenencia y arraigo. Además, trabajamos en la conciliación y el bienestar, mediante medidas de flexibilidad que buscan cuidar a nuestra gente.
A nivel de comunicación y posicionamiento, ¿qué mensaje clave queréis transmitir al consumidor frente a las grandes cadenas nacionales? ¿Y cómo lo estáis trasladando en redes sociales o hacia el público más joven?
Nuestro mensaje es sencillo y claro. Nos distinguimos por un viaje que solo hacemos en bonÀrea, ‘Directo del campo’ a la mesa. Nuestro modelo de integración completa es único en el mundo, y justamente que se conozca es el principal reto comunicativo al que nos enfrentamos. Trabajamos para poner en valor lo que hacemos cada día, producir alimentos de calidad, seguros, sostenibles y accesibles para la mayoría de los ciudadanos, con total trazabilidad, desde inicio a fin.
En redes sociales, y orientándonos especialmente hacia el público más joven, nos enfocamos en mostrar precisamente cómo la propuesta de bonÀrea es, a la vez, el más eficiente y el más sostenible. Aportar alimentos de proximidad, con total trazabilidad y la máxima conveniencia, tanto a través de la gran capilaridad de nuestra red de tiendas como de otros sistemas de entrega y recogida en nuestro ecommerce.
Nuestra comunicación es directa y honesta. No somos pretenciosos y mostramos siempre lo que somos, sin quitar ni poner.
¿Cuáles diría que son hoy los principales desafíos para bonÀrea? (competencia, regulación, cambio climático, internacionalización…)
Nuestro gran desafío es mantener siempre el listón muy alto en eficiencia operativa de forma sostenida y sostenible, a la vez que los más altos estándares de calidad. Es la única manera de seguir cumpliendo con el compromiso asumido con nuestros clientes. Las crecientes exigencias regulatorias en materia ambiental y de bienestar animal, o la intensa competencia en el sector retail son factores que nos exigen además una actitud de mejora continua. Además, no debemos olvidar que debemos captar y formar talento cualificado, especialmente en tecnología, para garantizar que nuestra infraestructura y procedimientos se mantengan a la vanguardia. Para nosotros, los desafíos son oportunidades para demostrar la resiliencia y solidez de nuestro modelo.
Mirando a medio y largo plazo, ¿cómo imagina bonÀrea dentro de 10 o 20 años en términos de identidad, tamaño y propósito?
Dentro de unos años, imagino a bonÀrea como un grupo más grande, más tecnológico y más influyente, pero con una identidad y un ADN intactos y, si cabe, más reforzados. Continuaremos siendo referentes en la integración vertical, pero nunca olvidaremos que somos, ante todo, una empresa nacida y arraigada en la Segarra. Nuestro origen rural es nuestro motor; nacimos para generar oportunidades en nuestra zona y ese compromiso con el territorio siempre será el foco central de nuestra actividad.
En términos de tamaño, esperamos poder ver consolidada la expansión nacional gracias a la entrada en funcionamiento de nuestro centro alimentario de Épila, que nos permitirá extender de forma eficiente nuestra propuesta de valor a nuevas regiones. Nos ilusiona pensar que podremos demostrar, como lo hemos hecho siempre, que la tecnología y la ambición pueden convivir perfectamente con la cercanía, la responsabilidad social y nuestro innegociable compromiso con el campo.






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