- Cataluña y España mantienen un crecimiento sostenido gracias a la demanda interna y a un mercado laboral sólido
- Foment alerta de la necesidad de reformas estructurales para mejorar la productividad y la competitividad
- El BCE mantiene los tipos y confirma el final del proceso de desinflación en la zona euro, al tiempo que la Fed comienza su senda de reducción de tipos ante el debilitamiento del mercado laboral y se modera respecto al inicio de la agresiva política arancelaria de la nueva administración republicana
El último Informe de Coyuntura Económica de Foment del Treball, correspondiente al último trimestre, constata que las economías catalana y española muestran una notable resiliencia y una dinámica más favorable que la zona euro, inmersa en un crecimiento débil, tanto en los resultados recientes como en las previsiones a corto plazo.
A pesar de este comportamiento positivo, Foment subraya la necesidad de abordar reformas estructurales que permitan revertir la baja productividad, con especial atención a los sectores de mayor valor añadido. La actual coyuntura ofrece una ventana de oportunidad para impulsar estas reformas y reforzar la competitividad de la economía en un entorno más favorable y menos lesivo.
En este contexto debe enmarcarse el plan de impulso a la productividad y competitividad de Foment del Treball, que exige un abanico de medidas esenciales para hacerlo posible. Es necesario desplegar la responsabilidad de las fuerzas parlamentarias y los liderazgos de los gobiernos mediante un plan integral de amplio consenso político, así como la demanda de poder para alcanzar unos presupuestos públicos que permitan disponer de los recursos necesarios para financiar este proyecto. Esto debe posibilitar también mejoras en la renta per cápita, garantizando un mejor Estado del Bienestar, base de la cohesión social en nuestro país.
Escenario global y política monetaria
La economía mundial mantiene un ritmo de crecimiento moderado, mientras que la zona euro avanza con una expansión suave, afectada por la desaceleración del comercio internacional derivada de nuevas tensiones arancelarias. La inflación, por otro lado, se aproxima a niveles compatibles con la estabilidad de precios, y los bancos centrales continúan con el proceso de desinflación ordenada.
En este contexto, la Reserva Federal de EE. UU. ha mantenido sin cambios, a lo largo de 2025, su rango de tipos de referencia (4,25%–4,50%), con la posibilidad de dos recortes antes de finalizar el año, según la evolución de la inflación y el empleo. En este sentido, los mercados esperan recortes en septiembre por preocupaciones sobre la evolución del empleo, pero la Fed se mantiene a la espera de datos.
En Europa, el Banco Central Europeo redujo los tipos en 25 puntos básicos el pasado junio, y las previsiones apuntan a que se mantendrán “altos durante más tiempo”, con una nueva bajada a principios de 2026 y niveles por encima del 2% hasta 2027. Además, en la última reunión del Consejo de Gobierno del BCE, se decidió mantener sin variación los tipos de interés de referencia porque la inflación se encuentra alrededor del objetivo del 2% a medio plazo y las perspectivas inflacionarias prácticamente no han cambiado, confirmando que la política monetaria es adecuada.
Se destacó que el proceso de desinflación ya se ha completado y que la economía doméstica presenta una resiliencia notable gracias a una demanda interna sólida y a un mercado laboral estable, con riesgos más equilibrados a pesar de los factores externos como el comercio global y la fortaleza del euro.
Acuerdo comercial transatlántico
El acuerdo entre la UE y EE. UU. establece un tope arancelario del 15% a la mayoría de exportaciones europeas y prevé compromisos recíprocos de compra e inversión. La UE adquirirá hasta 750.000 millones de dólares en energía norteamericana y 40.000 millones en chips de IA hasta 2028, mientras que las empresas europeas invertirán unos 600.000 millones de dólares en sectores estratégicos de EE. UU. También se acuerda explorar la posibilidad de introducir cuotas arancelarias para proteger las industrias de ambos lados, con el fin de mitigar excesos de oferta internacional.
Se avanzará en la cooperación en estándares, cadenas de valor y procedimientos, y se promoverá el reconocimiento mutuo de normas. El acuerdo prevé colaboración para reducir barreras no arancelarias, agilizar trámites y reforzar la resiliencia de las cadenas de suministro, así como el fortalecimiento de la cooperación en seguridad económica, controles de exportación e inversiones, inteligencia industrial, defensa y tecnología.
Cataluña y España: crecimiento sostenido y mercado laboral robusto
En España, el PIB se aceleró al 0,7% intertrimestral (2,8% interanual), apoyado en la demanda interna, con cierta pérdida de tracción del sector exterior. La inflación general se situó en el 2,7% en julio (subyacente 2,3%). El mercado laboral mejora y la tasa de paro baja al 9,2%. En Cataluña, el PIB aumentó un 0,6% intertrimestral y 2,8% interanual. El mercado laboral marca mínimos de paro en un segundo trimestre desde 2008 (7,3%).
Cataluña y España entran en la segunda mitad de 2025 con inercia positiva, sustentada en la demanda interna y en un mercado laboral robusto. El sector exterior aporta menos. Se consolida un patrón de crecimiento más doméstico, congruente con la mejora de las rentas reales y una cierta relajación financiera. La demanda interna es el motor y los servicios tiran de la actividad; mientras que la industria mantiene una aportación positiva más modesta.
El sistema financiero continúa resiliente, con capacidad de transmisión de la política monetaria. Cabe destacar que el margen fiscal es limitado, por lo que debería priorizarse la eficiencia del gasto y la ejecución de inversiones con amplio impacto potencial. El sector exterior perdió tracción en el segundo trimestre, con un comercio de bienes más débil por la menor demanda europea y los efectos arancelarios. El saldo por cuenta corriente permanece positivo en términos acumulados, apoyado en los servicios, especialmente en el sector turístico.
Las previsiones sitúan el crecimiento del PIB en el 2,5% en 2025 y en el 1,8% en 2026, con una inflación convergente hacia el 2%. Aunque las tasas de crecimiento del PIB de España y Cataluña son elevadas en términos relativos, se nota una moderación en el ritmo de avance.
Los principales riesgos a corto y medio plazo son el comercio global, los aranceles, la normalización fiscal, el bajo crecimiento europeo y la volatilidad energética. Internamente, pesan la baja ejecución de los fondos europeos, las tensiones en vivienda y los retos del mercado laboral. En cambio, la desinflación y los menores tipos de interés pueden favorecer el consumo y la inversión en servicios y bienes no duraderos.
Lee el informe de coyuntura completo aquí: https://www.foment.com/uploads/Informe-Conjuntura-Setembre-2025
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