Informe de Coyuntura
Marzo de 2019
La presente coyuntura económica viene caracterizada por una moderación del ritmo de crecimiento económico mundial, en un contexto de reducción del comercio global y mayor
incertidumbre.
Así, la Comisión Europea ha rebajado el pronóstico de crecimiento del PIB de la zona euro para 2019 hasta el 1,3% -seis décimas menos que la previsión anterior- y hasta el 1,6% para 2020. Por su parte, a pesar del endurecimiento de las condiciones financieras en EEUU y el fin del programa de estímulos monetarios mediante la compra de activos por parte del BCE, las principales autoridades monetarias están señalando la necesidad de mantener cierta prudencia en el medio plazo por los mayores riesgos negativos y el incremento de la aversión al riesgo en el entorno internacional.
Estos riesgos están asociados a la incertidumbre en torno a la evolución de determinados factores, como las relaciones comerciales entre EEUU y China (cuya economía atraviesa un cambio de modelo que conlleva un crecimiento más moderado), el acuerdo sobre el Brexit, la situación presupuestaria en Italia (país que aún mantiene en cotas elevadas la prima de riesgo), el menor dinamismo económico en Francia (en parte ocasionado por las protestas de los “chalecos amarillos”) y Alemania (afectado por la contracción en el sector del automóvil y los nuevos estándares medioambientales), y la vulnerabilidad de algunas economías emergentes (Turquía, Argentina).
En este contexto, cabe comentar, un reciente informe de la OCDE en el que se destaca que el endeudamiento de las empresas no financieras ha registrado niveles récord en un contexto de política monetaria no convencional, llegando a los 13.000.000 millones de dólares a fines de 2018, lo que representa el doble del nivel anterior a la crisis financiera del 2008. Las empresas de las economías avanzadas mantienen un 79% del monto total de la deuda corporativa mundial. La desaceleración en el avance de la actividad ha llegado también al ámbito doméstico. En este sentido, se aprecia una moderación del ritmo de expansión de la economía española y catalana respecto a 2017, pero que aún se mantiene en cotas elevadas en comparación con la media europea. Se espera, de esta forma, un crecimiento en torno al 2,0-2,2% para este año, por debajo de los registros de avance superiores al 3% de 2017 y 2016, tanto en España como en Cataluña.
En el último trimestre de 2018, los principales motores del crecimiento de la actividad económica han sido el consumo privado y la inversión. El gasto en consumo final aceleró su crecimiento debido tanto al aumento del consumo de los hogares como del consumo público, que se incrementó con más intensidad. Mientras, la caída de las importaciones ha sido superior a la desaceleración de las exportaciones.
