Sin empresas no hay desarrollo, no hay empleo, no hay futuro. La productividad catalana se encuentra estancada desde hace décadas, y este lastre dificulta el crecimiento de la renta per cápita y del bienestar colectivo.
Según datos del Informe de Competitividad Regional (2022), la productividad por ocupado en Cataluña es de 74.359 euros, 24 euros por debajo de la media de la UE. Cataluña está ligeramente por debajo de la media comunitaria, y su productividad crece más lentamente que la media estatal: un aumento del 4,3 % en Cataluña frente al 7,9 % en España, lo que implica una pérdida relativa en términos comparados.
Según el INE, la productividad por hora trabajada en Cataluña se mantiene sistemáticamente por debajo de la media europea, y esta brecha limita la capacidad de generar salarios más altos y atraer inversión.
En un contexto global de endurecimiento rápido de la política monetaria y, junto con la incertidumbre y la dependencia energética europea, es imprescindible trabajar para seguir mejorando la competitividad de la economía y abordar una cuestión clave y estructural como es el bajo crecimiento de la productividad, que dificulta el incremento de la renta per cápita y la mejora del bienestar de nuestros ciudadanos. También cabe destacar la relevancia de los Fondos Next Generation, dado que representan una oportunidad única para la recuperación y la transformación de la economía.
Cataluña se enfrenta a retos que trascienden los ciclos económicos: un sistema fiscal poco competitivo, déficits estructurales en infraestructuras, rigideces en el mercado de la vivienda, una administración pesada y un mercado laboral con altos niveles de absentismo y desajustes entre vacantes y personas desempleadas.